Nuestros Líderes

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Estos son los Pastores que dirigen nuestra la Iglesia Restauración

viernes, 16 de marzo de 2012

El único capaz



Sentirse sucio por cometer recurrentemente ese mismo pecado o sentirse incapaz de desprenderte de eso que tanto mal te está haciendo, son unas de las sensaciones con las cuales muchas veces nos enfrentamos.

Y es que a veces pareciera que por más que queramos dejar algo, cambiar algo u olvidarnos de algo, simplemente no podemos, somos incapaces de lograrlo.

Intentar una y otra vez de vencer esa área de tu vida con la que diariamente luchas y no ver resultados te hace sentir derrotado, pero sobre todo incapaz de lograrlo.

Yo sé que se siente fallar muchas veces en el intento de superar una área, sé la sensación que hay en nuestra vida cuando nos damos cuenta que somos incapaces de lograrlo. He experimentado la sensación de derrota y en muchas ocasiones hasta de no intentarlo más y rendirme.

Sin embargo a veces rendirte es la clave, si, rendirte a todo el esfuerzo humano que tú estás haciendo para superar eso que tanto trabajo te cuesta y que hasta hoy no lo habías podido lograr.

Cuando nosotros nos rendimos de nuestros propios intentos de cambiar y le cedemos el lugar a Dios, y depositamos nuestra confianza en que Él y solo Él es el único que puede sacarnos de ese lodo en el que muchas veces nos encontramos, es cuando realmente inicia la victoria que todos buscamos.

El salmista David reconoció que el ÚNICO CAPAZ de sacarlo de una situación difícil, era Dios, que no había intento humano más poderoso que lo que Dios es capaz de hacer en nosotros, cuando en Él esperamos y depositamos nuestra confianza en Él.

“Con paciencia esperé que el SEÑOR me ayudara, y él se fijo en mí y oyó mi clamor. Me sacó del foso de desesperación, del lodo y del fango. Puso mis pies sobre suelo firme y a medida que yo caminaba, me estabilizó. Me dio un canto nuevo para entonar, un himno de alabanza a nuestro Dios. Muchos verán lo que él hizo y quedarán asombrados; pondrán su confianza en el SEÑOR”.

Salmos 40:1-3 (Nueva Traducción Viviente)

Quizá en este momento te sientas hasta cierto punto cansado de luchar contra esa área que hasta este día te ha sido difícil de superar, quizá has llegado a pensar que no eres digno de ser hijo de Dios, en muchas ocasiones la vergüenza que has sentido delante de Dios es tan grande que has sido incapaz de orar o buscarlo, porque piensas que Dios está cansado de ti.

Sin embargo hoy quiero animarte que lo busques, y a que lo hagas con un corazón sincero, a que reconozcas delante de Él tú necesidad de que obre en tu vida, a que con las palabras más sencillas y sinceras puedas expresarle lo que necesitas que Él haga, estoy seguro que Dios escuchara tú clamor y comenzara a actuar en tú vida.

Solo deja que esta vez sea Dios quien actué, deposita tu confianza en Él, tú voluntad, tú deseo, tus fuerzas y todo aquello con lo que has luchado hasta este día y no has podido vencer esa área, dile a Dios que le entregas todo y que esperaras y confiaras en que Él obrara en tu vida de una forma maravillosa.

Te invito a que allí donde estas repitas esta oración conmigo:

“Padre Santo, en esta hora vengo delante de ti en primer lugar reconociendo tu grandeza y tu poder, dando gloria a ti por todo lo que haces y permites, estoy seguro que tu eres Soberano y que tienes todo bajo control, en esta hora reconozco que he estado luchando en mis propias fuerzas, con mis capacidades humanas y me he olvidado de depender de ti. Hoy quiero comenzar de nuevo, quiero rendir mis capacidades y mis fuerzas a ti, para que tú las uses de la forma que quieras y me ayudes a vencer esas áreas de mi vida que tú sabes bien que necesito mejorar. Ayúdame Dios mío, te necesito, reconozco que mi vida depende de ti, reconozco que tu eres el ÚNICO CAPAZ de ayudarme a salir de esta situación, hoy quiero comenzar a esperar en ti, a confiar plenamente en lo que tu vas a hacer, aumenta mi fe, hazme dependiente de ti, quiero vivir para ti y confiar solo en ti Señor a partir de este día dame las fuerzas para vencer cualquier área de mi vida, dame la voluntad, la decisión, el deseo, el dominio propio para vencer en tú Nombre cualquier cosa que se me presente, quiero depender de ti, quiero rendirme a ti, pero sobre todo quiero depositar mi confianza total en que tú me ayudaras, ¡Ayúdame Señor! ¡Haz de mi el siervo o sierva que tu siempre has querido!, ¡Hoy me rindo a ti!, en el Nombre Poderoso de Jesús, Amén.”

¡DIOS ES CAPAZ, solo ríndete y confía en Él!

 

Autor: Enrique Monterroza

lunes, 12 de marzo de 2012

Diez versículos para defender su fe cristiana

Diez versículos para de

Una de las cosas que como cristianos nos preocupa es saber cómo defender nuestra fe cristiana. Sean McDowell hizo un análisis y escogió los diez versículos que nos ayudarán a defender la fe cristiana.
1 Pedro 3:15
sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros.
Como un apologista usted puede encontrarse en la situación de tener que defender el propósito de la apologética. Este es el verso clásico de lo que indica que todo el mundo debe estar preparado para dar una respuesta con gentileza y respeto.
Juan 1:1-3
1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
2 Este era en el principio con Dios.
3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
Esta es una de las articulaciones más convincentes y claras de la deidad de Cristo. Esto demuestra que Cristo es el creador eterno y es uno con (aunque distinto de) el Padre.
Hechos 5:3-4
3 Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?
4 Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.
Hay mucha confusión entre los cristianos, así como entre grupos como los Testigos de Jehová sobre la identidad del Espíritu Santo. Este pasaje muestra la deidad y personalidad del Espíritu Santo.
Isaías 43:10
10 “Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí”.
Este pasaje establece claramente que sólo hay un Dios y siempre ha sido un solo Dios. Los mormones tienen que ser muy creativos para evitar el claro significado de este pasaje.
Romanos 1:20
Porque desde la creación del mundo, sus atributos invisibles, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” Este verso ayuda a la pregunta, “¿Qué pasa con aquellos que nunca han oído?”
Este pasaje establece que las personas tienen conocimiento de Dios a través de la creación.
Romanos 2:14-15
14 Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos,
15 mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos,
Este pasaje demuestra que la conciencia moral está escrita en nuestros corazones. La ley moral es universal, incluso entre aquellos que no tienen la ley escrita.
Juan 6:29
29 Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.
Muchas religiones pseudo-cristianas basan la salvación cristiana en las obras. En este pasaje Jesús establece claramente el requisito de la salvación-creer.
Juan 20:30-31
30 Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro.
31 Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.
Los escépticos a menudo creen que la fe es ciega.. Juan afirma claramente que los milagros de Jesús fueron grabados como prueba para que creyéramos.
2 Pedro 3:9
9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
Este pasaje muestra claramente que Dios desea que todos tengamos arrepentimiento y seamos salvos. Esto puede ser útil cuando se habla de infierno.
Lucas 1:1-4
1 Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas,
2 tal como nos lo enseñaron los que desde el principio lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra,
3 me ha parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen, escribírtelas por orden, oh excelentísimo Teófilo,
4 para que conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido.
Algunos afirman que los discípulos estaban inventando mitos y leyendas. Este pasaje muestra el asunto con exactitud histórica y relatos de testigos oculares.
McDowell advierte que esta lista no es exhaustiva y que está seguro de que hay muchos versículos más que podrían ser incluidos. Todos los pasajes fueron tomados de la versión Reina Valera-1960

No Juzgues¡

por Enrique Monterroza



Días como hoy son los que me canso de ver y leer a tanta gente perfecta, y digo perfecta porque hoy en día abundan personas que lo saben todo, que son muy buenos para todo, que siempre tienen la opinión perfecta, que siempre saben cómo se tienen que hacer las cosas, que siempre encuentran un error en los demás, y que sobre todo son dueños de la verdad absoluta.


Es muy triste pero nosotros los cristianos a veces podemos llegar a ser las personas más despreciables del momento, porque decimos saberlo todo, porque decimos amar a Dios cuando ni siquiera somos capaces de amar al que está frente de nosotros porque simplemente no hace lo que nosotros quisiéramos que hiciera o porque simplemente no apoya lo que nosotros decimos.


Se nos hace tan fácil criticar, menospreciar, destruir, pero sobre todo pisotear al que se tropieza, pero se nos hace imposible extender una mano sin prejuicio alguno y aun mas imposible tratar de levantar y restaurar a aquel que fue despreciado por toda la comunidad.


¡Si Jesús caminara en estos tiempos por nuestras calles y visitara nuestras Iglesias!


(Ojo, lo hablo en sentido físico)


Y es que la reflexión de hoy es de esas que se te va ser difícil compartir, comentar o se te va hacer difícil terminar de leer, es de esas con las que no me hare popular (que por cierto no lo pretendo), pero es una de esas en donde personalmente estoy cansado de tanta injusticia e hipocresía.


¿Por qué somos así?, ¿Por qué somos tan duros y crueles con nosotros mismos?, ¿Acaso no jugamos para el mismo equipo?, ¿Acaso no tenemos todos un mismo objetivo? ¿No somos hijos de un mismo Padre? ¿No estaremos juntos por una eternidad?


A veces queremos hacer el trabajo que le corresponde a Dios, y menos mal que no somos Dios, porque si lo fuéramos ya hubiéramos enviado a muchos al puro infierno. Y es que somos tan profesionales para juzgar y decretar un juicio, pero somos tan lentos para verificar si lo que vemos o pensamos es lo que realmente sucede.


¿Cuándo te delego Dios para juzgar a tu hermano?, ¿En qué momento te otorgó el privilegio de enjuiciar a la persona con la que no compartes ideas o visión?


Si vemos que alguien tropieza o cae, somos los primeros en desaparecer de su círculo, somos los primeros en apártalo de lo “santo”, somos los primeros en olvidarnos que un día también nosotros necesitamos de una mano extendida que nos ayudara a restaurarnos.


Si alguien que era usado por Dios y que admirábamos humanamente hablando, comete un error, pareciera que todo lo que anteriormente hizo no valió la pena para nada y ahora se ha convertido en un derrotado y pecador empedernido, ¡Como que nosotros fuéramos tan perfectos y nunca falláramos!


A veces lo que nos falta es sinceridad y humildad para reconocer que nosotros a veces estamos hasta peor que algunos a quienes juzgamos, a veces nos sobra valor para juzgar y criticar, pero no somos lo suficientemente hombres (hablándolo en el sentido espiritual), como para reconocer que también tenemos muchas áreas en nuestra vida de las cuales no nos orgullecemos y que de salir a la luz nos avergonzarían.


¡Si Jesús viviera entre nosotros en este tiempo!


¿Sabes porque admiro a Jesús?, lo admiro porque se hizo hombre, viviendo entre nosotros, conociendo nuestro estado de primera mano y decidiendo morir por mí y por ti, pero también lo admiro porque nunca tuvo una palabra de juicio para los débiles, para los fracasados, para los que se les hacía difícil acercarse a Él. Jesús no juzgaba, Él perdonaba, Jesús no menospreciaba, Él les daba valor.


A los únicos que Jesús critica era a los que se creían tan bueno, a esos fariseos y escribas, a esos doctores de la ley que creían que eran superiores a todos por su vana religiosidad, a esos que se les era más fácil ponerles carga a los hombre y no llevarlas ellos mismos.


Esos que aparentaban lo que en realidad no vivían, esos que creían saber todo pero que en realidad no sabían nada, esos que tenían un manual de “santidad” muy diferente al que Jesús vino a enseñar, esos que se les hacía más fácil cerrar las puertas del perdón que perdonar. Esos que se les hacía más fácil menospreciar que aceptar. Esos que excluían en lugar de incluir.


A veces nos parecemos tanto a los fariseos que si Jesús viviera entre nosotros en estos tiempos no gritaría: “¡Sepulcros Blanqueados!”.


Yo me pregunto: Si Jesús viviera entre nosotros, ¿Seriamos capaces de juzgar y criticar como lo solemos hacer?, Si Jesús estuviera frente a nosotros, ¿Nos sería fácil pisotear al caído en lugar de levantarlo?, Si Jesús estuviera viéndonos frente a frente, ¿Seriamos capaces de poner tantas normas humanas olvidándonos de su gracia y misericordia? ¡Ay! Si Jesús estuviera frente a nosotros seriamos las ovejitas mas mansas que existieran. Pero como físicamente no lo vemos en lugar de ser ovejitas muchas veces nos convertimos en lobos que devoran a sus ovejas.


Discúlpenme pero no me puedo imaginar a Jesús criticando, menospreciando, dándole la espalda a los que tropiezan, no puedo imaginármelo pisoteando la mano del caído, no puedo imaginármelo echando a la gente de la Iglesia, no puedo imaginármelo poniéndole cargas a las personas que son difíciles de sobrellevar, ¡No! Lo siento, no puedo tener una imagen de Jesús diferente a lo que la Biblia nos enseña.


Personalmente no estoy de acuerdo a permitir cualquier cosa en las personas, pero no se puede obligar a las personas a no hacerlo, ese no es trabajo nuestro, ese es trabajo de Dios en la vida de cada uno, de hecho Pablo decía: “Todo me es licito, pero no todo me conviene”, Jesús lo dijo de esta forma: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y las demás cosas os vendrán por añadidura”.


Pero hay algo que Jesús dijo que es la base de todo lo que hoy quiero que reflexionemos y es lo siguiente:


“Algunos fariseos y maestros de la Ley comenzaron a hablar contra los discípulos de Jesús, y les dijeron: —¿Por qué comen ustedes con los cobradores de impuestos y con toda esta gente mala? Jesús les respondió: —Los que necesitan del médico son los enfermos, no los que están sanos. Yo vine a invitar a los pecadores para que regresen a Dios, no a los que se creen buenos”.


Lucas 5:30-32 (Traducción en lenguaje actual)


Esta es la clave: “Yo vine a invitar a los pecadores para que regresen a Dios, no a los que se creen buenos”.


Muchos oramos para que Dios nos haga que nos parezcamos a Jesús, de hecho el anhelo de muchos de nosotros es ser iguales a Jesús, pero no seremos igual a Él mientras no sintamos compasión por la gente, no seremos igual a Él mientras sigamos apedreando gente en lugar de perdonar, no seremos igual a Él mientras menospreciemos a los débiles y nos sintamos orgullosos de los “buenos”.


Cuando alguien se atreve a juzgar es porque se supone que tiene la suficiente autoridad moral y espiritual para hacerlo, sin embargo Jesús dijo:


“»¿Por qué te fijas en lo malo que hacen otros, y no te das cuenta de las muchas cosas malas que haces tú? Es como si te fijaras que en el ojo del otro hay una basurita, y no te dieras cuenta de que en tu ojo hay una rama. ¿Cómo te atreves a decirle a otro: “Déjame sacarte la basurita que tienes en el ojo”, si en tu ojo tienes una rama? ¡Hipócrita! Primero saca la rama que tienes en tu ojo, y así podrás ver bien para sacar la basurita que está en el ojo del otro.»”


Mateo 7:3-5 (Traducción en lenguaje actual)


¿Sabes? Yo sé de lo que te hablo, porque yo mismo hace unos años fui muy duro, me creí que casi era perfecto, juzgaba tan fácil al débil, llegue a menospreciar a los que no eran tan fuerte como yo (según mi ignorancia), era a veces muy cruel con el que tropezaba o caía, era un joven que tenía ideas equivocadas del amor de Dios y ahora me arrepiento de cómo llegue a ser, ahora que soy un adulto y madurado espiritualmente un poco más me doy cuenta lo que es realmente el amor de Dios, su misericordia, su gracia, la forma como cada día nos regala una oportunidad más para hacer mejor las cosas, me doy cuenta que la gente en lugar de rechazo quiere una mano extendida, me doy cuenta que es más fácil enseñarle a las personas del amor de Dios, porque estando enamorados de Dios nuestra vida tiene un cambio sobrenatural.


No tratemos de hacer el trabajo que le corresponde a Dios, Él es el único que puede juzgar y cuando lo hace su juicio es perfecto. No critiquemos, no menospreciemos, no nos creamos tan perfectos porque en realidad no lo somos, no pensemos que todos tienen que ser como nosotros, porque cada uno tiene una relación personal con Dios. No creamos que somos mejores que alguien, porque en realidad no somos mejores que nadie.


Vivamos cada día agradecidos porque Dios nos dio la oportunidad de ser sus hijos, si vemos a alguien que tropieza, extendámosle la mano, si alguien cae, levantémoslo, si alguien es débil, fortalézcamelo, si alguien falla, corrijámoslo con amor, mostremos lo que Dios nos ha dado a nosotros, ese amor tan puro con el que nos llamo, nos acepto, nos perdono y nos está restaurando.


Deja de criticar, menospreciar y creerte el más bueno de los buenos, porque no hay ninguno bueno sino solo Dios.


Jesús mismo nos hace esta invitación:


“No se conviertan en jueces de los demás, y así Dios no los juzgará a ustedes. Si son muy duros para juzgar a otras personas, Dios será igualmente duro con ustedes. Él los tratará como ustedes traten a los demás”.



Mateo 7:1-2 (Traducción en lenguaje actual)



Cuando nosotros en lugar de juzgar nos dedicamos a amar, a comprender, pero sobre todo a ayudar, nuestra vida cristiana se vuelve diferente, un gozo real inunda nuestra vida, toda amargura, enojo, resentimiento y todo sentimiento que nos lleva a juzgar desaparece, porque el amor de Dios estará inundando nuestra vida y es allí, y nada mas a allí cuando vamos a comenzar a disfrutar de lo que realmente es la vida en Cristo, una vida de amor verdadero hacia Dios y hacia nuestro prójimo.


¡No juzgues, ama!